Reportaje publicado en el diario « El País » el día 15 de Octubre de 2014, referente a la construcción del cable y maquinaria que llevará el próximo rompehielos nuclear Ruso, el Arctic, el mayor del mundo.
Fluidmecánica pone el cable del rompehielos “Artic”.
Las principales dificultades de este megaproyecto: el clima polar, que impone una elección de materiales muy estudiada y un concepto de diseño restrictivo en cuanto a la mecánica y electrónica, y las gigantescas dimensiones del buque, con 173 metros de eslora.
Fluidmecánica ganó el contrato tras pasar dos filtros, uno técnico y otro en el que las empresas que superan la primera fase hacen una oferta económica, cuya cuantía no quieren cuantificar desde Vigo. “Se construye al cien por cien aquí (en España), tanto la parte técnica como el montaje. Las pruebas se hacen delante de un comité de especialistas rusos que viajan a Galicia y, según se van probando, pasan las fases. Cuando todo esté terminado se desmontará y se cargará en cuatro camiones rumbo a San Petersburgo”, explica Francisco Oliver, ingeniero naval de Fluidmecánica. En ese momento, un equipo español se trasladará a Rusia para hacer las pruebas en el mar. Para simular el Ártico y el funcionamiento de la maquinaria a temperaturas inferiores a 40 grados bajo cero, así como la calidad y resistencia de los materiales, Fluidmecánica, en cuyos muelles el mar no está congelado, basa su tecnología en cálculos y ensayos partiendo de muestras y comprobando que funcionan como si estuvieran en el barco. La empresa gallega indica que uno de sus fuertes es la posibilidad de manejar el cable de forma manual o automática desde el puente de mando. “Nuestro equipo cuenta con un sistema automático que maneja el cable manteniendo, sin necesidad de operador humano, la distancia entre los barcos. También controla de forma automática la fuerza ejercida en el cable”, dice Oliver.
Para el ingeniero, Rusia, país al que ya han suministrado más de 500 equipos (parte del equipamiento del restaurante flotante del Volga, buque de salvamento y maquinaria para puertos, entre otros), es un importante puntual para su empresa, que cuenta con doble certificación, rusa y española, del Registro del Mar.
Un gigante de 33.000 tonelasdas
Artic, el nuevo rompehielos, es de propulsión nuclear y superará en tamaño a su predecesor, también ruso. El gigantesco buque podrá navegar tanto en el océano Ártico como en las aguas poco profundas de los ríos siberianos. El barco, que se construye en San Petersburgo y tendrá 173 metros de eslora, 30 de manga y más de 33.000 toneladas de peso, deberá ser capaz de romper placas de hielo de hasta tres metros de espesor. Este inmenso rompehielos, cuya construcción costará 1,16 billones de dólares (unos 916 millones de euros), debe estar terminado en 2017 y tendrá la clase 9, la más alta de la escala, que significa que pondrá romper el hielo en la zona del Ártico durante todo el año.
Este tipo de rompehielos civiles están diseñados para forzar el paso a través del hielo como guía para buques de carga y rescatar a los barcos que quedan atrapados.